Cada 12 de Febrero, Venezuela celebra el Día de la Juventud, y ésta fecha hoy más que nunca, trae consigo entrañables emociones y reflexiones asociadas a la caída de tantos jóvenes en su lucha libertaria y desigual, y a la salida del país de muchos otros, por similares razones.  Sin embargo, en el segundo caso, el mensaje para aquellos que están regados por el mundo  debería ser menos lastimoso y por el contrario, destacar todo cuando pueden ganar.  Sí, ganar.

Recordemos que llevan con ellos, sus propios sueños, su futuro y la fuerza y potencial de su juventud.  Aun cuando  extrañaran los afectos y el calor familiar, sus vivencias y las cosas de su querida tierra,  están convencidos y con disposición al cambio y el proceso de adaptación que ello implica.  Los tropiezos o dificultades les forjaran más fuertes y decididos, desarrollarán todo su talento, creatividad y sus valores y principios les serán más firmes y edificantes.  Conocerán otras culturas, idiosincrasias, su bagaje será más rico y su crecimiento personal irá al mismo paso de sus conquistas.  Con ellos, no se ha ido el futuro de nuestro país,  se marchó a robustecerse… y robustecido y grandioso, volverá.