La iniciativa de impulsar una disciplina que oriente el buen comportamiento en el uso de Internet, especialmente en redes sociales, nos pareció una excelente idea, una propuesta que podría enriquecer la dinámica de la comunicación globalizada de hoy día.  La creación de un manual,  bautizado NETiqueta, corresponde a la experimentada periodista  y docente, Mar Castro, de Galicia, España. “ La cortesía favorece la socialización de las personas y hace falta cortesía en la redes sociales”, sostiene.

Las recomendaciones están dirigidas principalmente a regular el spam social, que al igual que los correos no deseados -generalmente  publicitarios-, son invasivos, saturan y desagradan a quien los recibe,  y conociendo a quien los emite, como en los casos de Facebook y Whatsapp,  el asunto rebota sobre la imagen personal. Es también el caso de las cadenas a través de Whatsapp y las etiquetas en Instagram que terminan perturbando e incidiendo en la reputación de quien las envía.

Efectivamente, son comportamientos invasivos, frecuentes y poco amables  de personas,  grupos familiares o compañeros de trabajo  que confunden o nos recarga en momentos inadecuados, con noticias no comprobadas, mensajes extensos e impersonales, audios irrelevantes y repetitivos.  A todo ello,  Mar Castro atribuye el afán de figuración, de hacerse notar, de algunas personas  y que predominan en todos los grupos. Lo paradójico, es que el efecto se revierte  contra la persona que tiene ese comportamiento.  Es ahí donde el recurso de NETiqueta, se hace  indispensable guardando la prudencia,  la autocrítica y el cuidado del buen trato y amabilidad.

Aunque parezca obvio, quienes se dedican con tal vehemencia a hacerse notar a través de las redes no tienen conciencia de lo intrusivo que pueden llegar a ser. De allí que este manual de comportamiento les sería muy útil, pues la mayoría de las veces estas personas tampoco perciben el daño que eso ocasiona a su propia imagen, en especial a su credibilidad.

El protocolo de NETiqueta es un valioso aporte para proteger la marca personal, la fluidez de las relaciones a través de la red y, sobre todo,  para comunicarse y conservar las verdaderas amistades. No olvidemos, recomienda Mar Castro, y la suscribimos plenamente, que Internet no es anónimo y tiene memoria, por lo que hay que pensar antes de hablar, de escribir o de publicar.