Esta impactante fotografía de Barbara Kinney , del equipo de campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton, se hizo tan viral como reveladora del inmenso poder y alcance de una selfie. Desde un ángulo se diría que un grupo de jóvenes mujeres dan la espalda a la candidata, pero la fuerza de la imagen es fiel testimonio del apoyo que recibe del público femenino. Sin embargo todo fue “fríamente calculado” y la propia Clinton propuso la selfie general y se ubicò justamente donde cada una pudiera decir: “Yo estuve allí con ella” o “ella está conmigo”. Es el privilegio de la selfie…
Se hace íntima, personal al tiempo que desplaza de un solo toque el buscar entre empujones un autógrafo o inútilmente el apretón de mano, un saludo vago y más difícil aún, la fotografía con la celebridad o el personaje del evento. Clinton, posiblemente sea la próxima presidenta de los EE.UU, lo cual hace de este momento, la selfie para la historia…personal.
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