Los resultados de las elecciones en Estados Unidos serán tema de conversación y análisis por unos meses más. Una vez superado el shock global por la elección de Donald Trump, el mundo se prepara para presenciar un viraje radical en cuanto a políticas, visiones, estilo de actuar y de comunicar…
Durante los ocho años de gobierno de Barack Obama, quien desde su candidatura visionó el valor de los medios sociales, se consolidó una sólida y estratégica plataforma digital que se transformó en el canal de comunicación principal de la Casa Blanca. Facebook, Twitter, YouTube y Snapchat han sido los canales de contacto tanto de la pareja presidencial, como del vicepresidente.
Este cambio, por su valor estratégico comenzó a hacerse efectivo unos días antes de las elecciones: en el Blog de la Casa Blanca, allí se informa desde el 31 de octubre cómo se hará esta transición. Desde entonces ya se invitaba a los usuarios para seguir a quien resultara electo presidente.
Este sólido andamiaje comunicacional representa el gran legado de Barack Obama para el republicano y los futuros presidentes de la Casa Blanca. Se trata de cuentas con millares de seguidores activos.
Esta transferencia inédita fue ordenada por el actual presidente “sin tropiezos” y bajo tres parámetros: Preservar todo el material publicado en línea (miles de horas de vídeos, tweets) como se hacía antes con los mails, faxes, correspondencia en papel; garantizar a los ciudadanos disponibilidad del contenido publicado; y, mantener la línea evolutiva de estos canales, incorporando la innovación necesaria para ello.
Nuevas caras y nuevos procedimientos y caracteres, enriquecerán el mundo digital y la historia de Estados Unidos de América.
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