Una peculiar campaña protagonizada por políticos japoneses que fue presentada a los japoneses la semana pasada ha llamado la atención del mundo. ¿La razón? Usan hombres embarazados para despertar la empatía de sus iguales y lograr que éstos ayuden más en las tareas del hogar.
Los protagonistas son tres políticos, gobernadores de tres provincias japonesas, quienes usando un chaleco de 7,3 kilos simulan un embarazo de 7 meses y realizan una secuencia de tareas domésticas que, en Japón y en otras partes del mundo realizan las mujeres.
La campaña titulada «El gobernador es una mujer embarazada» muestra a los gobernadores subiendo escaleras, transportando la compra o esperando a que alguien les ceda su asiento en el autobús. Incluso se ve a uno de los políticos que tiene problemas para ajustarse los zapatos y a otro, muy cansado, después de haberse ocupado de lavar la ropa.
Dos datos que imaginamos son la base de esta original iniciativa: Estudios japoneses afirman que los hombres japoneses dedican apenas entre 30 minutos y una hora al día a colaborar con las labores del hogar, mientras que las mujeres dedican 5 horas de su tiempo a realizar tareas domésticas. El otro, cuando ascendió el primer ministro, Shinzo Abe, planteó el ascenso profesional de las mujeres uno de los pilares de su programa destinado a reactivar la economía japonesa.
Habrá que esperar los resultados del impacto de estas imágenes en el comportamiento de los japoneses.
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