Navidad es también fecha por excelencia para regalar y los mejores regalos son los que adquirimos con la certeza que agradarán a quien los recibe. Son aquellos que hacen decir: “es idéntico a mí” o “me encantan”. Los que nacen de una intuición y del afecto, sin estar sujetos a fecha alguna o celebración concreta.
La costumbre de ofrecer regalos se remonta a épocas antiguas. Ya en la “Odisea” se mencionan los valiosos obsequios en oro y bronce que Ulises daba al Rey de Thesprotia. También se asocia al intercambio, a transacciones y hasta a supersticiones -ahuyentar los malos espíritus- o al símbolo de buen augurio que es dar para recibir.
En la actualidad regalar en una manera de expresar consideración y aprecio. Mediante este gesto, el halago y el afecto se hace tangible y el júbilo, la sorpresa y alegría de quien lo recibe se traduce en el regocijo mutuo, que en nuestra cultura propicia la costumbre de dar para recibir.
Especialmente en Navidad los obsequios que ofrecemos a familiares, amigos y allegados cercanos, etc., forman parte de la tradición y de las pequeñas alegrías de las que está hecha la vida, pues en medio de las luces y el bullicio decembrino nada es más grato que la alegre sorpresa del rostro de quien abre su regalo; si se trata de un niño, el grato momento se convierte en algo memorable y conmovedor. Es por esto que en definitiva, el gesto de regalar es comunicar amor.
Pero obtener esa pequeña felicidad puede llevar a la tentación de adquirir objetos costosos, o confundir lo ostentoso con el valor que tienen las cosas sencillas, muchas veces más apropiadas y apreciadas por la utilidad y acertado al gusto de quien lo recibe; así que la falta de presupuesto no será excusa para quien disfruta de este placer, porque siempre será posible buscar alternativas para continuar haciéndolo.
En este sentido, se cumple también aquello que el regalo a su vez, habla de quien lo ofrece, pues éste no sólo dedica tiempo a buscar detalles en bazares o con amigos hasta conseguir el objeto adecuado, sino que explora y disfruta en lugares o amistades especialmente creativos para dar con el regalo perfecto para esa persona en especial. De modo que el regalo es el resultado de una asertiva selección entre libros, objetos, plantas, inclusive, flores, etc,.
Detalles simples que adquieren un toque de distinción por su bello empaque, gracioso lazo o tarjeta y que llevan consigo el afecto y la dedicación al elaborarlo. Otra, no menos adecuada y apetitosa alternativa lo constituyen las exquisiteces hechas en casa como galletas, mermeladas, postres dulces, tortas. Todos gustan por igual y todos y cada uno expresan el afecto o lo que es lo mismo, comunican amor.
Foto tomada de http://www.nosinmishijos.com/2013/12/regalo-para-profesores-de-una-planta.html
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