Silla Reservada mantiene vivos sus encuentros musicales donde comunicarse, compartir y aprender son la base de una fraternidad fiel a un proyecto que nació hace casi 20 años
Apreciar música de calidad en buena compañía, es un privilegio.
En especial, cuando esa experiencia la conduce alguien que disfruta al compartir su conocimiento y le suma entusiasmo, emoción y pasión. Este tipo de vivencias alrededor de la música fomenta el afecto y promueve los lazos de amistad.
Así pasó por casi una década, desde 2006, con el grupo dirigido por Leopoldo Márquez Muñoz-Tébar, conocido cariñosamente como Pololo.
Amigos, aficionados y melómanos se reunían regularmente para aprender y disfrutar de los distintos géneros, estilos y formas musicales: ópera, sinfonía, coral, cámara, ballet, entre muchos otros, sin el requisito de conocimientos musicales previos.
Con la desaparición física, en 2016, del profesor Pololo, el grupo del Espacio Suizo, lejos de dispersarse, quiso continuar funcionando, inspirado en el recuerdo y la disciplina de su fundador. Así nació el proyecto Silla Reservada.
Herencia con compromiso
“Decididos a cumplir la promesa que le hicimos en vida a Pololo de seguir activos y trascender, continuamos encontrándonos para escuchar y aprender de la música académica”, relata Mary Cruz Rodríguez, coordinadora de Silla Reservada.
Ella ha asumido al pie de la letra su compromiso con pasión y tesón, para seguir aprendiendo de excelentes y reconocidos músicos y profesores como Maríantonia Palacios, Gerardo Gerulewicz, Einar Goyo Ponte, entre otros.
“Con el tiempo, se han ido sumando nuevos integrantes, hemos tenido distintas sedes y habilitado la alternativa para ver las clases a distancia, pero mantenemos intacto el propósito inicial», señala Mary Cruz Rodríguez.
Desde entonces, Silla Reservada ha logrado que este privilegiado grupo siga disfrutando de apreciar y de aprender sobre música, cumpliendo con una programación continua, variada e interesante, a cargo de reconocidos profesionales.
Además, ha sabido sortear exitosamente los tiempos complicados de protestas, apagones, y cuarentena. “Nuestro espíritu musical ha seguido venciendo barreras”, comenta Rodríguez.
Encuentros reservados para aprender y disfrutar
Los encuentros que organiza Silla Reservada destacan por ser didácticos y a la vez amenos.
En ellos se exploran los elementos fundamentales de la música de una manera sencilla. De hecho, se caracterizan por ser reuniones de aprendizaje ideales para socializar, conversar, compartir y participar de una interesante agenda, con ciclos de clases, charlas y tertulias, dentro de un agradable espacio en Los Chorros.
Silla Reservada funciona bajo la coordinación de Mary Cruz Rodríguez , Luisa Devivo y el apoyo del ingeniero Francisco Yepez Tello. , es una pausa de aprendizaje, comunicación y recreación que ocurre mensualmente en nuestra convulsa Caracas.
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